Magnus no puede permitirse enamorarse de ella。 No cuando ella es lo único que se interpone en el camino del mayor negocio de su carrera。

Magnus Sinclair heredó la despiadada ambición de su padre， que le ayudó a ganarse un nombre y una reputación para conseguir todo lo que quiere。 Por eso， cuando su padre le ordena póstumamente que demuestre que es digno de los pendientes de diamantes Sinclair -y， por tanto， de un lugar en la fortuna familiar-， Magnus está demasiado ocupado construyendo su propio imperio como para que le importe。

Está en la cúspide del mayor negocio inmobiliario que ha visto Brooklyn， y nadie va a interponerse en su camino。 Nadie， excepto la mujer de metro y medio dueña de la cafetería situada en el centro de la calle de quien él se enamora。

Zoey Smith abrió su acogedora cafetería con poco más que una voluntad obstinada。 Claro que trabaja las veinticuatro horas del día para mantenerse a flote， pero no es de las que se rinden。 Nunca。 Así que cuando los matones de la inmobiliaria Sinclair llaman a la puerta ofreciendo una fortuna si vende su propiedad， ella se niega。

Sin embargo， no es tan firme con el chico sexy que aparece preguntando por el cartel de se solicita ayudante， aunque no tarda en darse cuenta de que es terrible en， bueno， casi todo。

Magnus sabe que está mal ir de incógnito， intentando conquistarla y robarle el negocio。 Pero en su mundo， no existe la compasión， y Zoey es la que va a perder。

Sólo que， por primera vez en su vida， Magnus siente que ha encontrado a su pareja ideal， y ninguno de los dos saldrá de esto con sus negocios -o sus corazones- intactos。

Si te gusta la sensualidad salvaje de los romances oscuros de Nicole Fox o los amores prohibidos de Naomi West， no te pierdas la fama， la fortuna y las mentiras de los hermanos Sinclair。

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